miércoles, 16 de mayo de 2012

Conductas Inteligentes








Conducta inteligente

La conducta inteligente, como acción fundamentalmente práctica, dirigida a resolver problemas, es la combinación de varios procesos cognitivos, como la percepción, el aprendizaje, la memoria, el razonamiento, etcétera, con correlación entre ellos, distinguiéndose procesos cognitivos y metacognitivos, ejecutivos y no ejecutivos (distinción negada por Butterfield).

Sternberg establece una diferenciación entre procesos de adquisición, procesos de retención y procesos de transferencia. La abstracción es lo que permite distinguir la conducta inteligente humana de la animal, que le faculta a la persona para prescindir de datos e imágenes concretas para elaborar ideas.

Lo fundamental en la conducta inteligente parece radicar en la capacidad de visualizar el problema a resolver y definirlo dentro de sus límites, seleccionar adecuadamente la estrategia, ya que no todas operan igual ni tienen el mismo resultado aplicadas a un caso concreto, y del estilo que se aplique para ponerla en ejecución, donde juega un papel destacado la metacognición, pues por ejemplo podrá evitarse la impulsividad para lograr mayor efectividad. También puede malograr la puesta en ejecución el exceso de reflexión, que impida llevarla a la práctica.

En “La Inteligencia Humana, I” Sternberg nos dice que por ejemplo el ensayo es una estrategia adecuada para aprender listas de palabras, que será usada frecuentemente por los más aventajados y mucho menos por los más atrasados, a quienes se les podrá enseñar dicha estrategia, pero no serán capaces de transferirla a otras situaciones de aprendizaje.

La conducta inteligente está determinada fundamentalmente por el contexto social. La familia es primordial en este sentido, y luego la escuela. Así son muy importantes los estudios de Bernstein sobre la relevancia del lenguaje en el desarrollo de la conducta inteligente, que fundamentalmente se desarrolla en el ámbito familiar.

Estas pautas de conducta inteligente pueden aplicarse a cualquiera de los tipos de inteligencias múltiples.





Capacidad de aprendizaje

Se sabe desde hace tiempo que las diferentes teorías sobre la naturaleza de la inteligencia tienen efectos importantes sobre la motivación de las personas para aprender.

Un grupo de teorías defiende la idea de que cada persona posee un nivel fijo de inteligencia, y que ninguna cantidad de esfuerzo puede cambiarlo. Por consiguiente, quienes creen en teorías de esta clase tienden a rendirse cuando un reto intelectual les parece invencible. Deciden que, ni aún esforzándose al máximo, van a ser capaces de afrontarlo con éxito.

Otro grupo de teorías defiende la idea de que la inteligencia es maleable. Quienes creen en una teoría de esta clase se esfuerzan con tenacidad ante un reto intelectual difícil, creyendo que invertir más tiempo y esfuerzos producirá mejores resultados.




Capacidad de abstracción

El pensamiento abstracto supone la capacidad de asumir un marco mental de forma voluntaria. Esto implica la posibilidad de cambiar, a voluntad, de una situación a otra, de descomponer el todo en partes y de analizar de forma simultánea distintos aspectos de una misma realidad, por ejemplo.

De esta forma, el pensamiento abstracto permite discernir las propiedades comunes, planear y asumir simulacros, y pensar y actuar simbólicamente. Estas habilidades, por lo general, se encuentran dañadas en sujetos que sufren de trastornos mentales como la esquizofrenia.

El pensamiento abstracto se diferencia del pensamiento formal, que se basa en las experiencias reales. El individuo crece apoyándose en objetos concretos. Recién a partir de los doce años comienza a reemplazar los objetos por ideas o conceptos propios. Por lo tanto, puede afirmarse que el pensamiento formal es reversible e interno.

A través de un proceso inconsciente, el adolescente es capaz de pensar en abstracto, postular hipótesis y preparar experiencias mentales para comprobarlas. El pensamiento abstracto presenta un carácter proposicional, que consiste en utilizar proposiciones verbales para expresar las hipótesis y razonamientos junto a los resultados que se obtienen.

Cabe destacar que el lenguaje es el medio mediante el cual es posible pensar las representaciones de los objetos reales. El pensamiento abstracto se basa en esquemas formales, que son unidades del pensamiento a través de las cuales se representa el conocimiento. Los esquemas posibilitan la predicción y permiten que el sujeto se acomode a las demandas del medio y que integre la información nueva.




Claridad mental

La claridad mental esta relacionada con lo que pones en tu mente, con saber hacia donde vas, que es lo que quieres lograr, cuales acciones son las que tienes que realizar. Cuando tengas todo esto claro es que podrás tener una claridad mental.


La claridad mental es desapegarte de las emociones causadas por cuestiones insignificantes en tu vida. Y cuando tienes tanta claridad, y estás enfocado, inmediatamente tienes una línea directa hacia esta mente más profunda. Porque no has enturbiado las cuestiones con el pasado, con posibilidades, con sentimientos heridos, con decepción, victimismo, quejándote, gritando, llorando. No has enturbiado la circunstancia que es tan difícil. Sabes, y todas esas cuestiones actúan como una tormenta eléctrica en el lóbulo frontal. Y todas ellas resuenan desde la corteza cerebral, y tú las reciclas y las repites, piensas en ellas, hablas de ellas una y otra vez y cuando alguien te provoca, comienza la tormenta. Eso no es claridad mental. Eso es implicación personal. Eso refuerza nuestra realidad, fortalece las redes en lo concreto de nuestras dudas, limitaciones y victimismos. Cuando la tormenta amaina y uno está despejado y fuera del torrente emocional, podemos ver un problema en nuestro cuerpo desde el punto de vista del observador y solucionarlo. Milagroso. Porque, ves, no tienes que juzgarlo. No tiene que regurgitarse en la tormenta. No tenemos que hablar sobre cómo llegó allí. No tenemos que aferrarnos a ello por algún recuerdo. No tenemos que llevarlo puesto como insignia. No hay lugar para eso en la claridad mental.”


Capacidad de juicio

En general, la palabra juicio se refiere a la capacidad racional humana que le posibilita elegir y valorar entre el bien y el mal. Se dice que una persona es carente de juicio o que no está en su sano juicio cuando posee sus capacidades mentales alteradas y no puede discernir sobre sus acciones con claridad de pensamiento, por ejemplo por efecto de drogas, alcohol o enfermedades psicológicas o psiquiátricas.



Alguien posee juicio crítico cuando es capaz de repensar las ideas propias o ajenas, evaluando su credibilidad, sus aciertos y sus errores.

Juicio de valor es la atribución de una calificación positiva o negativa a las cosas, personas o acciones. Por ejemplo “Esa persona es buena”, “El remedio te hará peor”, etcétera.

En Lógica, el juicio establece una vinculación entre ideas, afirmando o negando sobre una de ellas, a través de un nexo, denominado cópula. Consta de un sujeto del que se afirma o niega algo, la cópula, y el predicado que es otro concepto que atribuye o niega algo del concepto sujeto. Por ejemplo: “La vida es hermosa”. “La vida” es el concepto sujeto, “es”, es la cópula y “hermosa” es el concepto predicado. La vinculación entre juicios, origina el razonamiento.







































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